24 de mayo de 2013

Morir matando

 Con la resaca por la tercera caída consecutiva en semifinales de la Champions League, aún golpeando duro en la cabeza y el corazón del madridismo, Mourinho decidió poner los puntos sobre las íes. Cuando Mou decide poner los puntos sobre las íes, cuando José Mourinho enchufa el ventilador de su hiriente locuacidad a la máxima potencia, más vale estar a cubierto. Hubiera sido mejor recibido por la afición blanca, encontrarse con un técnico asumiendo sus errores, con un técnico llamando a la calma del colectivo, aportando un punto de sensatez en mitad del dolor por la eliminación. Pero no. Él quiso salir airoso del envite, quiso salvar su pellejo y saltar el primero antes de que el barco empezase a hundirse irremediablemente. Pero no fue lo único. El Mou capitán, el ideólogo, el mandamás, el Puto Amo, como dijo Guardiola, decidió abandonar el barco a la deriva colocando varias cargas explosivas en la bodega del buque. Saltar, sí, pero asegurándose primero de que todo se vaya a pique.

 El técnico de Setúbal compareció ante la prensa y, lejos de ofrecer explicaciones o aclaraciones sobre el partido frente al Borussia o sobre la incógnita de su futuro inmediato, se dedicó a ajustar cuentas pendientes. Lo que en mi barrio se llama morir matando, vamos. Tiró, o eso pareció, contra Cristiano Ronaldo, a quien el madridismo mantiene justa y merecidísimamente en un altar deportivo, reprobando su pobre rendimiento en cierto tramo del campeonato (empezamos la Liga tristes) y tuvo sobre todo para Iker Casillas (‘si algo pudiera cambiar de estos tres años sería no haber presionado más para fichar a Diego López en 2011). Se trataba de él. De salir indemne. De quedar por encima. De dejar claro a la audiencia, mucha de ella defensora de sus salidas de tono como si fuesen auténticos dogmas de fe, que de todo lo malo que ha ocurrido durante estos años en el Real Madrid, incluida la gigantesca decepción en la Champions League, él sale inmaculado, sin culpa ni responsabilidad ninguna.

 A Mourinho no le hacía falta sacar ningún papelito para recordar sus logros al madridista. No creo que haya ningún aficionado al fútbol español que no conozca al detalle cuáles han sido los triunfos y las conquistas del portugués al frente del Real Madrid. La liga de los cien puntos, La copa del 2011, y las tres semifinales de la Champions League. Su palmarés es evidente. Y aún más allá. No creo que nadie fuera capaz de restar ni un sólo ápice de mérito a tales conquistas, siempre en su justa medida. Que Mourinho ha rozado la brillantez con el Madrid en determinados momentos a lo largo de estos tres últimos años, es innegable. Sin embargo, entra casi dentro de lo delictivo que el técnico incluya entre esos momentos de brillantez las tres semifinales de Champions League alcanzadas. Semifinales. ‘Casis’, que diría el propio Mourinho. Dignísimo y muy meritorio, por supuesto, pero jamás exitoso en un club de la naturaleza ganadora del Real Madrid, cuyos objetivos son los títulos.

18 de mayo de 2013

Mou, Nerón en el Bernabéu


 Todos hemos oído hablar de Nerón, quizás más conocido como el emperador que provocó el incendio de Roma. Este emperador Romano a pasado a la historia por este dato, más que por sus políticas o acercamiento al saber Griego.
 Estas últimas semanas Mourinho parece verse encarnado en Nerón, más que nada por los incendios provocados que difícilmente pueden ser extinguidos por el único bombero capaz de sofocarlos…Florentino Pérez.
 
 Un entrenador que ha conseguido ganar mucho y hacer que otros ganen a su lado, pero el ejercicio de egocentrismo y demagogia a la que ha sometido a todo el madridismo, ha transpasado línea del límite. Ha atacado a símbolos como Del Bosque y Casillas, a este último de manera desproporcionada, desde insinuar que era un topo, que entrenaba mal, a dudar de su madridismo relegandolo a la suplencia. Al Sr. Marqués lo acuso de blando o manejable, cuando su ego le pide sacar papelitos obviando la existencia de D. Vicente, ojo, que te puede gustar más o menos, pero de lo que no hay duda es de su palmarés, si me apuras mayor que el del portugués. Mourinho ha crecido con las comparsas que hoy cierran la música, con esa orquesta de palmeros que llamamos prensa, que tan fácil te encumbra como te destroza, que si encierra a un periodista en su despacho, que si la novia de uno da noticias, que si el amigo de otro habla.
 Mou es el Special One en esto, pero la gente, le reía las gracias y su poder aumentaba, contra Valdano, Toril o incluso a un Zizou que desapareció de su lado. Ahora nadie se acuerda de Pedro León o Canales primeras víctimas de Mou, nadie dice nada de la renovación de Carvalho, a quien ha marginado durante toda la temporada, Mou ha tenido roces con Ramos, Iker, Ozil, Pepe y hasta con CR7.
 
 Ha tenido una batalla contra Pep, que acabo desgastando al culé y haciéndole huir, hasta el punto de que Guardiola le llamó el PUTO AMO, ha criticado horarios, entrenadores (Preciado y Pellegrini entre otros) se ha metido con la selección y el seleccionador, y lo que está claro, es que Mou va a seguir siendo fiel a su estilo, no se va a callar hasta el último día que esté en Chamartín.
 El luso tan sólo ha dado como pista sobre su futuro, que fichará por un club que le quiera y sabe que en Inglaterra hay uno que le quiere mucho. Todo apunta a que ese equipo es el Chelsea. Sin duda, dejará una hoja de servicios, que a mi ver, le está costando cara al Madrid, pues ha mancillado su esencia.
 Tras lo de anoche, solo queda desolación y preguntas. ¿Qué hacer? ¿Hacia dónde ir? ¿Qué trayectoria toca ahora? Y lo más importante: echemos la vista atrás y preguntémosnos , ¿Cómo hemos llegado a esto, o sea, a lo de ayer? ¿Dónde nos hallamos? ¿Es el Madrid que vimos anoche, el resultante de las tres temporadas de Mourinho? Hacía 14 años que nadie veía un titular como el que sigue: "El Atlético derrota al Real Madrid". Más allá del hecho en sí, que no deja de ser la rotura de una racha, la importancia radica en una realidad de difícil admisión: Mourinho deja el equipo en el lugar exacto donde lo cogió.
 Hay una cosa muy clara: el R. Madrid que anoche perdió la Copa en su estadio y el que perdió 4-1 en Dortmund, no es mejor equipo que el que dejó Pellegrini. Mientras se confirma o no lo que se rumorea, como es la salida del técnico al Chelsea, el presidente del club, Florentino Pérez, ha salido para hacer una llamada a la unidad entre jugadores y afición: Al Real Madrid le mueve la fuerza, la energía, los sentimientos y la pasión de millones de aficionados. A ellos nos debemos siempre y nos impulsan cada día, pues ellos son los que están siempre a nuestro lado.

              

6 de mayo de 2013

Incendio en el Bernabéu


Pirómano suelto
 En incendiarias se han convertido las ruedas de prensa del técnico José Mourinho; sus palabras, me parecen tan explosivas como inoportunas, han conseguido dividir definitavamente al vestuario, con declaraciones de Pepe y Cristiano, a "La Grada del Bernabéu", y al madridismo en general. Vaya por delante, que entiendo perfectamente el enfado que pueda tener el entrenador madridista, ante la incapacidad de sus "amigos", Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, de sofocar tal incendio, es obvio que eligió mal momento para expresar sus estado de malestar con algunos miembros de la plantilla. Sin embargo, escuchando atentamente sus palabras, no queda ninguna duda de que éstas no obedecieron a un momento de calentón, sino que, procedían de un discurso concienzudamente masticado y meditado a priori. No sé si finalmente la mediación de sus "amigos", dará algún fruto, pero es incuestionable que la herida abierta el pasado viernes jamás podrá cicatrizar, y que la estructura deportiva del Club ha quedado más que dañada.
 Por el bien del Real Madrid, sería bueno poner fin a la etapa de Mourinho en el club. En este escenario, lo mejor sería tratar de firmar un pacto de no agresión hasta final de temporada, y enderezar el timón hasta el final. De esta forma, el guión de la película lo escribirían únicamente los resultados, tal como manda el canón más elemental de este deporte. Dicho esto, me encantaría poder colarme en el vestuario del Real Madrid, para ver con qué cara es recibido el técnico portugués por unos futbolistas, a los que poco menos que trituró la moral; pero Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, son esclavos de su inoperancia, en la misma medida que Mourinho lo es de sus palabras. Todo será analizado con lupa a partir de ahora, pero no conviene olvidar, que dentro de unos días se juega la final de la Copa del Rey. Lo digo, para saber en qué lado de la balanza hay que cargar las responsabilidades de lo que pueda suceder a partir de este momento…

1 de mayo de 2013

La "Décima" debe esperar


 Hasta cuando?
 Admirable la fe, la lucha y el pundonor que tiene el madridismo, hoy ha sido una prueba más de ello. Mucho se había hablado en la previa del partido de la importancia vital de subir la temperatura ambiental del Bernabéu hasta el extremo. Como no podía ser de otra manera tratándose de lo que se trataba, el público madridista respondió con creces. El primer paso estaba dado desde antes de que Howard Webb diese por iniciado el duelo. La caldera de Concha Espina hervía a borbotones cuando los dos equipos pisaron el césped para escuchar, el siempre estimulante himno oficial de la Champions. Con el ambiente al rojo vivo, el R.Madrid respondió como debía. El equipo estaba aferrado a la remontada, como en tantas y tantas ocasiones, se apelaba a la épica para lograr el objetivo de hacer tres goles ante el Borussia, y viajar hasta Wembley para intentar traer la deseada Décima al Bernabéu.
 El estadio se vistió de gala, estuvo vibrando y empujando al equipo como en las grandes ocasiones que se recuerdan, y en el campo, once guerreros que intentaron el milagro desde el principio. Una primera parte en la que hubieron varias ocasiones para adelantarse en el marcador, y que el portreo del Borussia desbarató ante la atónita mirada del público, que no creía como no se estaban aprovechando las ocasiones, desde el minuto uno el desgaste fue bestial con un ritmo alto para intentar adelantarse, pero los teutones estaban bien colocados defensivamente e intentaban salir a la contra para sentenciar la eliminatoria. Así se llegaría al descanso con un empate sin goles que invitaba al Madrid a soñar con la heróica, con intentar a tumba abierta ganar la eliminatoria para conseguir el objetivo y así lo hicieron, aunque sabían el peligro que conllevaba la locura en la que iba a entrar el equipo. Así fue la segunda parte, idas y venidas sin control en el centro del campo, unos buscando abrir la lata para seguir soñando, los otros al contragolpe intentando sentenciar, en ese intercambio de golpes el Madrid estaba perdiendo, Lewandowski tuvo una de las claras ocasiones del encuentro al estrellar el balón en el travesaño, en cualquier momento se podía acabar el partido, pero la fe madridista seguía en pie de guerra buscando la “remontada”. Llegó el gol de Benzemá en el minuto 82 y se incendió el graderío del Bernabéu buscando el milagro, el Borussia andaba nervioso, buscando la manera de tranquilizar el juego y parar las embestidas de un equipo que creía más que nunca en lograr remontar el partido; así llegaría el segundo, con un Sergio Ramos que tenía el premio amargo de hacer el segundo y acercar un poco más al Madrid a la final, ensordecedor era el ambiente de "la grada del Bernabéu" en esos momentos, y aún faltaba uno más para seguir soñando, pero nunca tuvo esa última oportunidad.
 La locura del Real Madrid es imprescindible para la Copa de Europa, y este año, sí queda a deberle algo a este encargo de Florentino a José Mourinho: no le ha dado nada y ha recibido una noche gloriosa que no iba a existir, su fútbol de 2-0, el del 3-0, se quedó quizás a 5 minutos, o a un acierto en sus tres claras ocasiones del principio o a un Cristiano Ronaldo óptimo de remontar a un equipazo impresionante que no cometió ningún error.
 El Borussia Dortmund ha sido mejor que el Real Madrid en esta eliminatoria. Ha jugado más tiempo, tradujo en tres tantos sus quince buenos minutos y compitió como un campeón, poniendo la guinda con un descuento de perro viejo y sabio. ¿Que si, más allá de sus problemas futbolísticos, el Real Madrid ha aprendido la lección? Por supuesto que no. Ya lo dijo Sergio Ramos al término del encuentro, que si hubiesen tenido la misma actitud, en la ida que en la vuelta, no hubiese habido color. ¿Cómo no va a haber color ante semejante equipo? No obstante, si superan o mantienen su nivel actual, siempre serán candidatos a levantar su ansiada y deseada Décima.