7 de febrero de 2019

"Vinicius obtiene el 'cum-laude' "


  El brasileño se exhibe con su descaro en el Camp Nou y obtiene el 'cumlaude', a diferencia de Pedro Sanchez que con su tesis obtuvo el 'cumfraude'. La apuesta por el carioca goza de todos los fundamentos. Ante el apagón de Isco, las reticencias de Asensio y las reiteradas lesiones y distracciones de Bale, pesó el impacto del muchacho. Inmaduro pero bravo, Vinicius llegó a Barcelona con 11 asistencias y seis goles en los 24 encuentros que ha disputado de blanco en todos los torneos.
  Modric abrió el juego a la izquierda y Vinicius encaró a Piqué. De pronto, casi sin prepararse, el delantero se encontró ante una situación soñada. Lejos de dejarse intimidar por la responsabilidad, llevaba días saboreando la posibilidad de exhibirse. Optimista por naturaleza, el hombre se deja llevar por el placer total que le produce el juego. A diferencia de muchos de sus colegas, que ante coyunturas críticas se sienten atenazados por consideraciones sombrías y cálculos de pros y contras, si el balón está de por medio no especula. Actúa como si no se le pasara por la cabeza que tenga algo que perder. Así encaró a Piqué por su perfil izquierdo y, como vio que lo cerraba se volvió al derecho y cruzó un pase al otro lado del área a Benzema, su mejor socio. El francés controló, maniobró, y metió tenso el pase al área chica, donde acudió Lucas para meter el 0-1.  

  Además de ordenarse bien sin la pelota, el Madrid se manejó con solvencia en los ataques. El 0-1 fue consecuencia de una transición bien llevada. Hasta hace un mes no era fácil ver al equipo elaborar con criterio y profundidad. Hasta hace un mes, el titular en el extremo izquierdo era Bale, un jugador poco empático, que apenas ha sintonizado con sus compañeros fuera del campo y mucho menos dentro. Tiene gol y le falta casi todo lo demás. A Vinicius le sucede al revés pero su sentido asociativo eleva la competitividad del conjunto. Lo sufrió el Madrid cuando Solari los intercambió en la segunda mitad.


 
  
Gusta que Vinicius prefiera equivocarse a esconderse, ser protagonista a estar en un segundo plano. Tiene el hambre que exige Florentino Pérez y la frescura que busca Solari. Muchas virtudes en lo físico y técnico y algunos defectos que corregir, cuando perfeccione la definición, y corriga la toma de decisiones, dará el salto a la categoría de estrella. En líneas generales sobresalió y sigue creciendo. Jugó como si estuviera en su barrio y no se le cayó encima el Camp Nou.

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