El Calderón se despidió de los derbis ligueros con un 'ZARPAZO'. Se lo propició Cristiano Ronaldo
en una de sus mejores noches junto al Manzanares. El Atlético se alejó
de su esencia ante un Real Madrid muy concentrado, muy trabajador y con
jugadores más enchufados que en los últimos tiempos. Sobre todo CR7 e Isco, que fueron determinantes en la victoria. Ante la necesidad imperiosa de ganar para seguir peleando por el título, Simeone se entregó a F.Torres.
El veterano es un clásico en los últimos derbis, pero no estuvo tan
fino como le habría gustado, en el lado blanco, las novedades fueron la
presencia de Nacho en la defensa por Ramos y de Lucas Vázquez en el ataque por Benzema. Eso hizo que CR7 hiciera de nueve.
El arranque del partido propició momentos de intensidad. El partido
parecía querer mostrar los grandes duelos que hemos visto en las últimas
temporadas. Fue el rojiblanco Saúl el que primero
buscó el gol. Después de un centro de Koke, se dio la vuelta en el aire
para intentar armar un disparo que no cogió la portería de Navas. No hizo mucho más el Atlético en la primera mitad. De hecho, se tuvo que dedicar a frenar a un Madrid muy inspirado y sabedor de que un zarpazo en el Calderón dejaba a los de Simeone en clara desventaja en la pelea por la Liga.
Lo entendió un Isco en su mejor versión y un CR7 con el mismo
apetito de siempre. A punto estuvo el portugués de hacer el primer tanto
rematando un centro desde la izquierda de Marcelo. Tuvo como respuesta
un paradón de Oblak. El portero empezó a darse cuenta de que iba a tener trabajo esta noche. Y
después de atajar un disparo a Modric, al esloveno le tocó enfrentarse a
un libre directo de Cristiano. Era casi el ecuador de
la primera mitad. Lanzó el portugués con la misma fe de siempre, pero en
esta ocasión no fue eso lo que le condujo al gol, sino que la pelota
tocara en un jugador blanco. La bola cambió de trayectoria y Oblak no pudo
hacer nada para evitar el 0-1. El gol puso en evidencia la desconexión del Atlético con su juego, un fenómeno causado por el buen hacer de los blancos. Muy bien Marcelo, bien Kovacic, bien Isco... El centro del campo rojiblanco no era capaz de ejercer influencia en el juego y, para más desgracia de la grada del Calderón, Carrasco, Torres y Griezmann no encontraron ni la pelota ni su momento.
Una reacción infructuosa
El descanso les vino bien a todos ellos. Fueron jugadores distintos en la reanudación. Hubo intensidad hasta el punto de que Atlético encerró al equipo de Zidane
en su propia portería. Carrasco intentó sorprender con un disparo a la
escuadra de Navas y Griezmann disparó luego tras una recuperación en la
frontal del área blanca. El equipo de Simeone era reconocible, pero le duró poco la efusividad.
Quizá hasta los cambios, cuando entraron Gameiro y Correa por Gabi y
Torres. El Madrid se volvió a encontrar con el choque y se asomó de
nuevo a la portería de Oblak. Un error de Savic fue lo que propició el segundo tanto blanco. Tuvo que replegar para evitar que Cristiano cazara una bola y midió mal. Hizo penalti
sobre el portugués. CR7 transformó el lanzamiento en gol sin
problemas. Le pegó a la cepa de un palo, Oblak se tiró para el
contrario.
El partido quedó resuelto a falta de un cuarto de hora, justo cuando Cristiano asestó su tercer zarpazo
rematando una contra de Bale. Pleno de potencia, el galés sirvió
un balón al segundo palo que el portugués no dudó en aprovechar para firmar
su triplete. El resultado permite que el Madrid levante el vuelo en la Liga. Le saca cuatro puntos al Barcelona y nueve al Atlético. Simeone tendrá que reflexionar sobre la tecla que debe tocar para cambiar la trayectoria de un equipo que empieza a mostrar grietas.
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