La «era Mourinho» se cerró en el Santiago Bernabeu con más ruido alrededor de su figura que fútbol. El Real Madrid pagó a Moratti por liberar a
Mou; la cantidad que se pagó? la desconozco, entre otras
cosas, porque sube y baja según quién informe acerca de la misma; fue
una suma ingente en cualquier caso. Nadie va a pagar al Depor 10 millones (ó los que fueren)
de euros por la libertad de F.Vázquez, de igual manera que
ninguna cabeza pensante abonará al Granada 10 millones (ó los que
fueren) por liberar a L.Alcaraz, pues nadie es capaz de augurar
el éxito. Ya tenemos, pues, argumentos sólidos para desmentir a los
mouriñistas que no hacen sino defender, que su defendido aterrizó aquí
para competir y no para ganar. Estos, recuerdan que antes
de la llegada de
Mou la cosa estaba de color hormiga, a la pregunta en
cuestión
¿Para qué vino Mourinho?, responden lo que sigue (más o menos):
"Para recuperar la competitividad y volver a luchar por los
títulos, pero no para ganarlos obligatoriamente. Ganar sólo puede ganar
uno".
Francamente, es todo menos creíble un argumento tan falaz.
Absolutamente nadie en su sano juicio ingresa al Inter de Milan 10
millones (ó los que fueren) para sobrepasar los octavos de la Champions,
por más que se trate de una estación maldita. No existe persona en este
planeta llamado Tierra, que realice una inversión así sólo para mejorar
en parte. No.
The Special One llegó aquí para ganar, y decir lo
contrario raya en la nula inteligencia. Otra cosa distinta es que, como
exponen sus detractores, estuviera obligado a ganar la
Décima.
Discrepo
de esa teoría. La Copa de Europa no se le puede exigir ni siquiera al de Setúbal, puesto que no sería justo; en resumen:
Mou fue requerido para
ganar, y por desgracia en tres años ganó poco
Se podría poner el acento
en las distancias que nos separaban del Barcelona antes de su llegada, y
aducir luego que las acortó, pero insoslayablemente resulta una realidad:
había esperanzas de lograr, gracias a sus conocimientos y su historial, algo más que
eso.
Es verdad que el Real Madrid de
Mourinho ha dado un paso muy
importante en estrechar la distancia con su eterno enemigo, enorme en
las temporadas antecesoras a la llegada del portugués. El equipo ha
sido mucho más competitivo, más enérgico, y de hecho, en los
enfrentamientos directos el Real Madrid terminó comiendo la tostada a
los catalanes. En los seis partidos oficiales entre ambos en este
curso, los de Tito Vilanova solo ganan uno, el primero. Dos empates y
tres victorias para los de
Mou cierran la particular serie. La más
célebre, la firmada en el Camp Nou en la Copa del Rey. Pero el Real
Madrid es el Real Madrid, y su nivel de exigencia, tan único como su
palmarés. Si hay un sitio en el que ser tres años seguidos
semifinalistas de la Champions League no es suficiente, ese es el Real
Madrid.
Pero si algo ha sido el aliciente al adiós a un técnico, que el año pasado renovaba por el Real Madrid hasta el 2016, ese ha sido el propio
Mou, y sus historias. Al principio todo el madridismo y varios sectores
importantes de los medios le doraban la píldora, las gracias. Pero el
tiempo pone a cada uno en su sitio, y nadie resiste un estado de
incendio permanente, los árbitros de la Liga Española, los árbitros de
la Champions League, el Barça, Guardiola, Preciado (que en paz
descanse), la Liga y sus horarios, la UEFA, el ojo de Tito, la
afición del Santiago Bernabéu, Jorge Valdano, Alberto Toril, Casillas, Cristiano, Pepe... Demasiados focos, elegidos sistemáticamente y con acierto para
desviar la luz del que debería ser el debate más manido de todos: el
poco fútbol ofrecido por una de las mejores plantillas del planeta.
Mourinho no ha fracasado.
Mou no ha cumplido
expectativas, que no es lo mismo. Supongo, a modo personal, que ahora,
todo entrenador que llegue al
Real Madrid deberá ganar
Tripletes, deberá
ganar la
Décima y pasar por encima del Barça, ya que
sino habrá fracaso. Aunque estoy seguro, convencido, de que la
repercusión no será ni el 60% de lo que ha recibido
Mou.
Dicen que, las segundas partes nunca fueron buenas. Mourinho vuelve al Chelsea, al club que juntamente con el Inter, es su pasión, el club que mediáticamente le hizo estallar.
Allí se reencontrará con viejos conocidos, tales como Cech, Terry y Lampard,
entre otros. En Inglaterra busca la calma, busca el respeto que tanto
ha faltado en su etapa como técnico blanco. Inglaterra, su cultura
futbolística, su pasión por el fútbol, le darán la bienvenida con el
reto de volver a demostrar que su gigante palmarés no fue fruto de la
suerte, y maquillar ese borrón (para aquellos que lo piensen) que ha
vivido en la capital española.