Deciamos ayer: 'Así NO, Ancelotti' pues hoy tenemos que decir, que Ancelotti no aprendió la leccion de Bilbao, mismo sistema, mismo juego, mismo resultado. El Madrid, no puede, ni debe, jugar con el 'autobus' delante de la portería, ese no es nuestro 'ADN' de campeón.
A partir de entonces llegó un largo periodo de control absoluto parisino con un Verratti omnipresente. Messi trataba también de bajar entre líneas, aunque con nula claridad. El dominio era estéril, Leo trazó un par de acciones individuales desde el borde del área que no encontraron portería. El Madrid despertó en el último tramo del primer tiempo y, como mínimo, se acercó una vez a la portería de Donnarumma. Fue en un córner cabeceado por Casemiro que se marchó lamiendo el poste. Fue el único acercamiento blanco antes de marcharse a la caseta.
Ancelotti pidió a sus jugadores que dieran un paso adelante, pero presionar más arriba le salió mal. El PSG tuvo más espacios y emergió la figura de Courtois. El belga sacó una mano abajo impresionante a disparo seco de un Mbappé que volvió a ponerse al equipo a las espaldas. Los galos se volcaron, tuvieron aproximaciones constantes con un Madrid que solo se sacudió el dominio con un lanzamiento lejano de Kroos. Los mejores minutos del PSG se tradujeron en una oportunidad de oro para romper el marcador. Mbappé se marchó otra vez de Carvajal y el lateral madridista lo derribó claramente. Penalti de libro y Messi plantó el balón en el punto de penalti. Courtois adivinó el lanzamiento, y llegó sobradamente para evitar el gol. El belga ejercía de santo blanco.