Paso el 2 de septiembre, y por fin se acabo el 'culebrón' del verano, el 'no fichaje d Neymar', el que eclipsó el de Griezmamm por el Barsa, y el de Hazard por el Madrid. Toneladas de papel de periódico,
millones de líneas en medios digitales, minutos de radio y televisión
sobre contactos, encuentros, intenciones, declaraciones y reuniones, y sobre todo, mucha 'mentira y manipulación', para
volver a la casilla inicial: la que deja a la estrella brasileña aún en
el París Saint-Germain por tercera temporada consecutiva.
El Barcelona llegó a poner sobre la mesa para traerle al extremo francés Ousmane Dembélé, al croata Ivan Rakitic, y antes que a ellos, a Coutinho, junto con un importe superior a los 150 millones de euros, la directiva del Barsa debería dar los detalles de muchas preguntas que quedan en el aire en una negociación que desde su inicio tuvo aroma de cartón piedra y que únicamente se creyó Neymar, y aquellos que con su 'mentira y manipulación', consiguieron rios de tinta en prensa, y horas de radio y televisión.
Cada vez parece que se orquestó más para satisfacer a una parte del vestuario más que para traer de regreso al brasileño. La primera temporada del culebrón se ha terminado, pero quedan muchas respuestas pendientes. Se amontonan las preguntas respecto a este caso. La primera sería saber ¿quién pidió el fichaje? ¿El entrenador? ¿La secretaría técnica? ¿Los compañeros? ¿La directiva?. Tras la contratación de Grizmamm nadie ha dado una sola razón futbolística para acometer tal operación. Tampoco estaría de más que la junta del Barcelona saliera un día y tratara de explicar cómo iba a financiar una operación que suponía un desembolso inasumible para un club que tuvo que pedir un préstamo para pagar la cláusula de Griezmann. Todo muy raro, raro, raro...
El Barcelona llegó a poner sobre la mesa para traerle al extremo francés Ousmane Dembélé, al croata Ivan Rakitic, y antes que a ellos, a Coutinho, junto con un importe superior a los 150 millones de euros, la directiva del Barsa debería dar los detalles de muchas preguntas que quedan en el aire en una negociación que desde su inicio tuvo aroma de cartón piedra y que únicamente se creyó Neymar, y aquellos que con su 'mentira y manipulación', consiguieron rios de tinta en prensa, y horas de radio y televisión.
Cada vez parece que se orquestó más para satisfacer a una parte del vestuario más que para traer de regreso al brasileño. La primera temporada del culebrón se ha terminado, pero quedan muchas respuestas pendientes. Se amontonan las preguntas respecto a este caso. La primera sería saber ¿quién pidió el fichaje? ¿El entrenador? ¿La secretaría técnica? ¿Los compañeros? ¿La directiva?. Tras la contratación de Grizmamm nadie ha dado una sola razón futbolística para acometer tal operación. Tampoco estaría de más que la junta del Barcelona saliera un día y tratara de explicar cómo iba a financiar una operación que suponía un desembolso inasumible para un club que tuvo que pedir un préstamo para pagar la cláusula de Griezmann. Todo muy raro, raro, raro...
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