El
Real Madrid exhibió su gen competitivo en el
Parque de los Príncipes para eliminar al
PSG con un gran partido, en el que no sólo defendió la ventaja de la ida
(3-1), sino que firmó un 1-2 y empujó al fracaso al nuevo proyecto
multimillonario del club parisino. La historia quedará por escribir para el vencedor, porque el camino
hasta el trofeo será todavía largo, pero el precipicio es seguro para
quien quedo apeado, ya que Europa era para ambos el principal objetivo que
les permite salvar la temporada, aunque el
PSG se lleve la liga de su país. El
Real Madrid,
alejado del liderato de
La Liga y eliminado de la
Copa del Rey, solo
vive colgado de esta competición, deseoso de resucitar esa llama
particular que tiene con una competición que ha ganado más veces que
nadie, incluidas las dos últimas ediciones. El
PSG se conjuró
para lograr lo que en la capital francesa se presentaba como una hazaña.
Sin su máxima estrella, y pese a que cuentan con uno de los mejores
planteles del mundo, se apuntaron a la épica y no dejaron de
calentar el partido desde su derrota en la ida, con críticas duras al
arbitraje.
Emery no quiso desvelar nada de su once, en el que las dudas pasaban por
el centro de la defensa, donde los brasileños
Thiago Silva y Marquinhos se repartian dos puestos; y por el
pivote del centro del campo, que tras el mal partido de ida del
argentino
Lo Celso recaia en un jugador más veterano, el
italo-brasileño
Thiago Motta. El
Real Madrid ,
'Rey de Europa' con la conquista de doce títulos, se resiste a
encaminarse a un fin de ciclo y apela a su verdadera cara en su
competición preferida para reconducir una temporada repleta de
irregularidad. Todo queda en el olvido cuando suena el himno de la
Champions League y sus jugadores se transforman.
Pitó
Brych y empezó el duelo. Entre la humareda de las bengalas y el
ruido del
Parque de los Príncipes salió valiente el
Real Madrid, que tenía la
pelota y apretaba arriba al
PSG. Muy, muy arriba. No hubo arreón del equipo de
Emery ni nada parecido.
Sólo un partido de fútbol que manejaban los blancos.
Asensio y
Lucas
hacían ancho el campo y al
PSG no le duraba un suspiro la pelota. Los de
Emery se sentían huérfanos de
Neymar cuando tenían el balón. Se lo pasaban buscando al bueno, pero el bueno no estaba. Una contra con un magnífico pase diagonal de
Asensio dio en los pies de
CR7, que asistió a
Benzema, pero se durmió y su disparo se estrelló contra un atento
Verratti. El
PSG lo fiaba todo al velocísimo
Mbappé, que provocó una falta de
Casemiro en el minuto 25 después de una galopada vertiginosa. La colocó
Di María y la desvió metiendo la cabeza y el alma el capitán
Sergio Ramos. Fue una acción aislada porque el
Real Madrid siguió dominando la pelota, el juego, el partido, el escenario, todo.
Reanudóse el duelo con un
PSG redivivo, frenado en su ímpetu inicial por
las bengalas de sus ultras. Un disparo de
Motta se fue a las nubes y respondió
CR7 con un soberbio cabezazo que lamió el palo izquierdo de Areola. El partido, definitivamente, se había puesto de ida y vuelta. Y en el intercambio de golpes el que pega más fuerte siempre es el
Real Madrid. Fue una galopada terrible, memorable, poderosísima de
Asensio,
que le birló la cartera a
Dani Alves y se reencarnó en el caballo de
Atila. Luego frenó y se transformó en
Magic Johnson para asistir a
Lucas
Vázquez. La jugada no acabó ahí, porque el gallego levantó la cabeza,
vio a
CR7 y se la puso en la ídem.
Cristiano, como siempre, no
perdonó y puso el 0-1 en la humareda del
Parque de los Príncipes.
Asensio rozó el 0-2 después de una fantástica jugada coral en la
que participaron
Benzema y
Marcelo. Del 0-2 pasamos al 1-1 en una acción confusa, llena de rebotes y carambolas
como un pleno de podemitas, que acabó rebotando contra la rodilla de
Cavani. El
Real Madrid, que tenía el partido a su merced, ponía un punto
de incertidumbre al duelo.
Zidane ya tenía a
Kroos sobre el campo para dar descanso a un desfondado y acertadísimo
Kovacic
y metió también a
Bale por
Benzema, no sin que éste fallara antes su
enésima ocasión en un mano a mano con
Areola. El partido estaba en los
pies del
Real Madrid y el 1-2 sólo era cuestión de tiempo. Lo marcó
Casemiro después de una jugada enredada y con varios rebotes. No fue un
gol bonito, pero sí muy merecido.
Fue un partido memorable. Un repaso histórico. Una tremenda lección de
fútbol de un equipo, el
Real Madrid, que estuvo a la altura de su
leyenda en la
Champions.
Zidane eligió un once valiente y los
futbolistas del equipo blanco demostraron al mundo quién manda en la
mejor competición jamás inventada por el hombre.
Trituró al
PSG,
que pareció un equipo menor y al que sólo le quedó arrodillarse ante el
indiscutible
'Rey de Europa': su 'Majestad el Real Madrid'.