El
Real Madrid hace historia en Cardiff y se convierte en el primer equipo
en la era Champions en ganarla en dos años consecutivos tras vencer 4-1
a la Juventus de Turín. El
3 de junio de 2017 se recordará como el día en el que CR7
ganó su quinto Balón de Oro. En la primera final que ha jugado sano de
las tres que ha ganado con el Real Madrid, el luso fue el hombre del
partido. Dos goles para dar al club del Bernabéu, la 'Duodécima'.
Los
primeros quince minutos, el equipo de Zidane no sabía si estaba en
Cardiff o de vacaciones, sin asentarse en el terreno de juego no sabían
cómo salir de la presión ‘juventina’. Alves pegado a Kroos en todo
momento obstruía la salida del Real Madrid. A partir de ahí, el Real Madrid se desperezó un poco e hilvanó alguna jugada en el último tercio de campo. Hasta
que Toni Kroos decidió arrancar con fuerza y precisión quirúrgica para
derrumbar al medio del campo italiano; pasó a Benzema que en dos toques
cambió a Ronaldo, este esperó a Carvajal, que devolvió al luso y el
resto, lo predecible: gol. CR7
anotaba así el gol 500 del Real Madrid en la Champions League y se
convertía en el primer jugador en anotar en tres finales de esta
competición. Dos balones había tocado el portugués a estas alturas de
final y uno estaba en la caja.
La Juve es como esos boxeadores cuya virtud es encajar golpe tras golpe y levantarse, y eso hizo la Vecchia Signora, levantarse. Se echó adelante en busca del empate y tardó menos de 10 minutos en conseguirlo, y ¡de qué manera!. Al borde de la media hora, Higuaín acomodó con el pecho un centro y decidió cederla en alto a Mandzukic, que controló y firmó una obra de arte. Un lanzamiento de volea que se cuela por el ángulo derecho de Navas. El gol que todos querríamos firmar en un escenario tan magnifico. Tras el empate, los ‘blancos’ -hoy de morados- se tambalearon y esperaron al descanso como si fuera una campana salvadora. Llegaron vivos al intermedio.
No sabemos que diría Zidane en el vestuario, pero los segundos 45 minutos entran directamente en el panteón de las mayores exhibiciones del Real Madrid en una final. Lanzados a por la Juve, se sucedieron las ocasiones con tiros lejanos de Modric, Isco -sublime en este acto- y Marcelo. Pero fue un actor invitado, Casemiro, el hombre dedicado a labores oscuras, quien certificó tanto dominio. No se conformó con el resultado el equipo de ZIdane y de nuevo Cristiano tras una gran jugada de Modric volvió a golpear al cuadro italiano.
El partido terminó por escapársele a la Juventus cuando Cuadrado fue expulsado por doble cartulina amarilla y ya en los minutos finales Asensio hizo el cuarto y definitivo tanto para los blancos. Con esta victoria en Cardiff el Real Madrid amplía su vitrina europea, donde ya lucen 12 orejonas, más que ningún otro equipo en el continente.