2 de marzo de 2017

" McLaren y 'R.Madrid', + d lo mismo"

 
 "MacLaren y 'R.Madrid', + d lo mismo". MacLaren, trás dos años fallando, llegan al tercero sin buenos augurios trás los fallos detectados en el motor Honda durante los test realizados en Barcelona, el primero relacionado con el diseño del tanque de aceite y el segundo, el que afectó a Vandoorne, aún por desvelar.
 Alonso es optimista: 'Estoy contento de que pudimos completar nuestro plan para el día, recopilar mucha información nueva y aprender sobre el coche, cosa que es muy positiva tras los problemas que sufrimos los dos días anteriores', añadió el dos veces campeón del mundo en declaraciones a su equipo.

 En el R.Madrid, Isco adelantó al equipo en el minuto 8', gracias a un pase tremendo de Kovacic, tan grande como el hueco que dejó Las Palmas en el centro de su defensa. El malagueño festejó con gol su titularidad, pero lo festejó poco, ya que a los dos minutos, Tana cogió el balón, con un giro dejó a Ramos petrificado, y soltó un zapatazo que sorprendió a Keylor.

 Aturdido el R.Madrid, Bale reventó el partido de forma inesperada. En un partido limpio, el galés sufrió un cruce de cables injustificable. De vuelta del descanso tiró una patada a Viera, que resistió el embiste y luego se encaró. El árbitro ya llevaba la amarilla al viento. Un bledo le importó al británico, que replicó al canario con un empujón. Un espasmo desconocido en Bale, más bien de pecho frío. La expulsión descamisó al R.Madrid, que como ante el Valencia, y como ante el Villarreal, volvió a encajar dos goles seguidos, pero al R.Madrid hay que pedirle menos entrepierna y más pierna. Menos milagros y más fútbol. Como el que puso Las Palmas. El equipo de Setién es la compañía ambulante de artistas del balón más divertida de la Liga, diga lo que diga la clasificación. Malabaristas, trapecistas y unos peloteros de cuidado. Si no ganó fue porque jugó contra un caminante blanco al que no se sabe bien cómo matar. Y rematar. Y volver a rematar. Porque siempre se levanta.
 En los minutos 56' y 59' el R.Madrid encajo dos goles, el primero en el penalti que cometió Ramos. El andaluz hizo de Keylor en un avance de Simón. A la parada del capitán blanco respondió Viera con el 1-2. El segundo, un pelotazo largo le sirvió a Boateng para lucirse en carrera ante Marcelo antes de sortear a un Keylor que salió a la desesperada y que desesperó a una afición que ya no le ve seguro. Kevin Prince anotó a puerta vacía el 1-3, y el Bernabéu la tomó con el portero.



  Falló mucho, muchísimo el equipo de Zidane antes de que el árbitro señalase penalti por mano de Dani Castellano y CR7 fusilase desde los once metros. Cogió el balón de la red con una fe inquebrantable, con la misma con la que empató con un cabezazo en el que giró el cuello medio Bernabéu en el minuto 89'.
 De un tiempo a esta parte, la estrategia de ataque del R.Madrid es la misma que la de Dani, compañero en segundo de primaria, para intentar llamar la atención de Sofia, que se sentaba dos filas por delante de él. Todos los días hacía trizas su goma de borrar y le lanza pequeños trocitos a Sofía, esperando captar su atención, y que en uno de ellos, se gire y le sonría. De la misma forma el R.Madrid lanza y lanza balones al área, esperando que, uno de ellos se quiera dormir en la red, y esperar a ver quién empujará el siguiente, y a cuál de sus dos vecinos de asiento abrazar. Un estadio en el que un milagro es tan común como un atardecer.  

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